viernes, 7 de septiembre de 2012
TRATAMIENTO NO FARMACOLÓGICO DE LA HTA
Las medidas no
farmacológicas dirigidas a cambiar el estilo de vida deben ser instauradas en
todos los hipertensos o individuos con PA
(Presión Arterial) normal alta, bien sea como tratamiento de inicio (riesgo
añadido bajo-moderado), bien complementando el tratamiento farmacológico
antihipertensivo. El propósito de dichas medidas es reducir la PA y prevenir el
desarrollo de la ECV (Enfermedad
Cardiovascular). Es necesario hacer notar que no existen estudios que
demuestren que la adopción de cambios en el estilo de vida sea capaz de
prevenir el desarrollo de complicaciones cardiovasculares en la población
hipertensa, por lo que los cambios en el estilo de vida no deben retrasar de
forma innecesaria el inicio del tratamiento farmacológico, especialmente en los
pacientes con riesgo añadido alto o muy alto.
El abandono del tabaco es en ocasiones un
objetivo difícil ante la importante adicción que provoca el hábito. La
conciencia del peligro del hábito y la voluntad de su abandono son las
principales herramientas que garantizan el éxito.
TOMADO DE:
GUÍA ESPAÑOLA DE HIPERTENSIÓN ARTERIAL 2005
Cambios en el estilo de vida que reducen la PA
· - Reducción de peso
· - Restricción del consumo de sal
· - Limitación del consumo de alcohol
· - Aumento de la actividad física
· - Aumento del consumo de frutas y verduras
· - Reducción del consumo de grasa total y grasa
saturada
Cambios de estilo de vida que reducen el riesgo de enfermedad
cardiovascular
· - Abandono del tabaco
· - Reducción del consumo de grasa total y grasa
saturada
· - Adopción de una dieta mediterránea
CAMBIOS EN EL ESTILO DE VIDA Y EFECTO SOBRE LA
PRESIÓN ARTERIAL
CAMBIO
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RECOMENDACIÓN
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REDUCCIÓN
ESTIMADA DE LA PAS
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Reducción del peso
|
Mantener el peso ideal (IMC 20-25 kg/m2)
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Entre 5 y 20 mmHg por una reducción de 10 kg de peso
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Restricción del consumo de sal
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Reducir la ingesta a cifras por debajo de 100 mmol/día (6 g de sal;
una cucharada de café)
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2-8 mmHg
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Moderación en el consumo de alcohol
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Limitar el consumo por debajo de 210 g semanales (30 g/día) en
hombres y 140 g semanales (20 g/día) en mujeres
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2-4 mmHg
|
Adopción de la dieta DASH
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Dieta rica en frutas, verduras y productos lácticos desnatados con
reducción de la grasa total y especialmente saturada.
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8-14 mmHg
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Ejercicio físico
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Práctica habitual (al menos 5 días a las semana) de ejercicio
aeróbico (por ejemplo, caminar deprisa durante al menos 30-45 minutos)
|
4-9 mmHg
|
REDUCCIÓN DE PESO
La reducción del peso
mediante la restricción calórica es una medida apropiada para la mayoría de los
hipertensos, dado que el sobrepeso es muy prevalente en la HTA (Hipertensión Arterial) y además predispone al incremento de la
PA. El IMC (Índice de Masa Corporal) es
el parámetro que se usa con mayor frecuencia para determinar el grado de
sobrepeso, aunque los índices de obesidad central o abdominal (perímetro de
cintura o índice cintura/cadera) presentan una mejor correlación con el
desarrollo de enfermedad cardiovascular. La
reducción de peso previene el desarrollo de HTA, reduce la
PA en hipertensos con sobrepeso en aproximadamente 1 mmHg de PAS (Presión
Arterial Sistólica) y PAD (Presión Arterial Diastólica) por cada kg de peso
perdido, disminuye las necesidades de medicación antihipertensiva en los
hipertensos bajo tratamiento farmacológico y tiene
un efecto favorable sobre los factores de riesgo cardiovascular asociados, como
la insulinorresistencia, la diabetes, la hiperlipidemia o la hipertrofia
ventricular izquierda. El efecto antihipertensivo de la reducción de peso
aumenta cuando se asocia de forma simultánea a un aumento de la actividad
física, a una moderación del consumo de alcohol en bebedores intensos y a una restricción en el
consumo de sal. No existen evidencias claras sobre el efecto de fármacos
coadyuvantes a la restricción calórica empleados en la reducción del peso. Los
fármacos inhibidores de la lipasa pancreática (orlistat) tienen un efecto
beneficioso sobre la mayoría de los factores de riesgo, aunque su tolerabilidad
depende en gran medida de la cumplimentación dietética. Los fármacos de acción
central (sibutramina) podrían tener un efecto presor, que contrarrestaría el
beneficio obtenido con la reducción de peso. Finalmente, los antagonistas de
los receptores endocanabinoides (rimonaban) se hallan todavía en fase de
desarrollo y su efecto sobre la PA es poco conocido.
REDUCCIÓN DEL CONSUMO DE SAL
El elevado consumo de sal y
la mala adaptación evolutiva de la especie humana a dicho consumo es una de las
principales causas de la elevada prevalencia de hipertensión. Aunque existe una
importante interacción con otros factores genéticos y ambientales, es evidente una
correlación directa entre el consumo de sal y la prevalencia de HTA; y el
consumo excesivo de sal es capaz de provocar HTA en primates sometidos a
condiciones experimentales controladas. El consumo excesivo de sal se asocia
igualmente con una mayor mortalidad cardiovascular.
La restricción en el consumo
de sal previene la aparición de HTA en sujetos obesos normotensos, y reduce las
cifras de PA en pacientes hipertensos. Dicha reducción tensional es más intensa
en los pacientes de edad más avanzada, en hipertensos graves y en los de raza
afroamericana, poblaciones todas ellas con una elevada prevalencia de
sensibilidad a la sal. El efecto antihipertensivo de la restricción de sal en
la dieta se añade al de otras modificaciones dietéticas o a la restricción calórica.
Además potencia el mecanismo de acción de la mayoría de los fármacos
antihipertensivos (IECA, ARAII betabloqueantes) y previene la hipopotasemia
inducida por diuréticos. Todos los pacientes hipertensos e individuos con PA
normal alta deben recibir consejo para reducir el consumo de sal por debajo de
5 g/día. Dicha reducción se logra evitando alimentos con elevado contenido en
sal, disminuyendo la adición de sal en la cocción de los alimentos y eliminando
la sal de la mesa. Debe además advertirse a los sujetos de la elevada cantidad
de sal que contienen alimentos envasados y precocinados, así como los menús
habituales de comida rápida.
REDUCCIÓN DEL CONSUMO EXCESIVO DE ALCOHOL
Existe una relación epidemiológica directa entre el consumo de alcohol,
las cifras de presión y la prevalencia de hipertensión. Dicha relación no es
completamente lineal, de forma que la incidencia de HTA se incrementa con dosis
de etanol a partir de 210 g/semana (30 g/día) en los hombres y a partir de 140
g/semana (20 g/día) en las mujeres o en los sujetos de raza negra. Además el
consumo compulsivo (borracheras) se asocia de forma especial con la mortalidad
por ictus. La moderación del consumo de alcohol o su cese reduce las cifras de
PA en hipertensos bebedores. La media de reducción es de 3/2 mmHg, aunque en
sujetos con un consumo muy elevado dicha reducción puede ser mucho más intensa.
Por el contrario, es conocido que el consumo de alcohol en cantidades moderadas
reduce el riesgo de infarto de miocardio y de mortalidad cardiovascular. La
recomendación general para los pacientes hipertensos debe ser la siguiente:
1) A los hipertensos abstemios debe recomendarse que se mantengan
abstemios. Aunque el consumo moderado de alcohol pueda tener un efecto
protector sobre la enfermedad cardiovascular, el inicio en su consumo puede
motivar la dependencia en un porcentaje no desdeñable de individuos, además de
asociarse a un incremento de la mortalidad por otras causas, especialmente por
accidentes de tráfico.
2) A los hipertensos bebedores se les debe aconsejar la reducción del
consumo a cifras inferiores a 210 g/semanales (30 g/diarios) en los varones y a
140 g/semanales (20 g/diarios) en las mujeres y sujetos de raza negra. Los
hipertensos con dependencia de alcohol o con otras enfermedades asociadas a
dicho consumo deben recibir consejo para abandonar dicho hábito.
OTRAS MODIFICACIONES DIETÉTICAS
La adopción de un hábito dietético consistente en un incremento del
consumo de frutas y verduras, así como de productos lácticos desnatados y la
reducción del consumo de carnes rojas tiene un efecto antihipertensivo notable
en el contexto de la dieta típica americana. No obstante, estos resultados son
difíciles de extrapolar a nuestro medio, donde los hábitos dietéticos son
claramente distintos. En cualquier caso, la dieta DASH tiene bastantes
similitudes con la dieta mediterránea, fundamentalmente por el consumo elevado
de frutas y verduras y la sustitución de gran parte de la carne por pescado. Aunque
no está probado que la dieta mediterránea tenga efecto sobre las cifras de PA,
sí que se ha asociado su consumo con una menor incidencia de ECV, por lo que
debe aconsejarse su consumo a toda la población hipertensa.
Otras modificaciones dietéticas como el consumo de ajo o la utilización
de suplementos de calcio, magnesio, potasio, hierbas medicinales, soja o
fitosteroles no tienen una eficacia antihipertensiva probada.
AUMENTO DE LA ACTIVIDAD FÍSICA
La actividad física es un predictor independiente de mortalidad
cardiovascular. El ejercicio físico aeróbico tiene un moderado efecto
antihipertensivo (unos 3-4 mmHg), aunque combinado con la restricción calórica
se logran mayores efectos tanto en la reducción de la PA como en el
mantenimiento de un peso bajo.
Sobre esta base debe recomendarse la práctica de ejercicio físico
aeróbico a todos los pacientes hipertensos. La cantidad y el tipo de ejercicio
deben individualizarse para cada paciente, teniendo en cuenta la edad, el
entrenamiento previo y las preferencias de la práctica deportiva. Todas las
prácticas deportivas aeróbicas son recomendables y, en cualquier caso, el
mínimo exigido se estima en caminar a paso vivo durante 30-45 minutos, al menos
5 días a la semana. No es recomendable el ejercicio físico isométrico intenso
(levantamiento de pesas) dado su efecto presor, y en los pacientes con HTA
grave, antes de recomendar la práctica de ejercicio intenso, debe procederse a
un descenso de la presión con tratamiento antihipertensivo.
ABANDONO DEL TABACO
El abandono del tabaco es tal vez la medida aislada más eficaz en la
prevención de las enfermedades tanto cardiovasculares como no cardiovasculares
en los pacientes hipertensos. Aquellos fumadores que abandonan el tabaco antes
de los 40-50 años tienen una expectativa de vida similar a los no fumadores.
Aunque el efecto presor del tabaco es muy pequeño y el abandono del mismo no
reduce la PA, el riesgo cardiovascular total sí se ve claramente reducido al
dejar de fumar. Todos los pacientes hipertensos que fuman deben recibir el
consejo apropiado para que dejen de hacerlo.
TOMADO DE:
GUÍA ESPAÑOLA DE HIPERTENSIÓN ARTERIAL 2005
Hipertensión. 2005;22 Supl 2:44-6
lunes, 3 de septiembre de 2012
SÍNTOMAS Y DIAGNÓSTICO
- SÍNTOMAS: La presión arterial elevada rara vez presenta síntomas, por lo que es considerada un asesino silencioso. Estar nervioso o tenso, por ejemplo, no es sinónimo de tener la presión arterial elevada. Algunas personas pueden experimentar:
- Dolor de cabeza o de pecho
- Mareos
- Rubor
- Desmayos
- Hemorragia nasal
- Latidos cardíacos irregulares
- Cambios en la visión
- Zumbido o ruido en el oído
- DIAGNÓSTICO: La única manera de detectar la hipertensión en sus inicios es con revisiones periódicas. Mucha gente tiene la presión arterial elevada durante años sin saberlo. El diagnóstico se puede realizar a través de los antecedentes familiares y personales, una exploración física y otras pruebas complementarias.
domingo, 2 de septiembre de 2012
CAUSAS
No se han descrito todavía las causas específicas, aunque se ha relacionado con una serie de factores que suelen estar presentes en la mayoría de las personas que la sufren. Conviene separar aquellos relacionados con la herencia, el sexo, la edad y la raza y por tanto poco modificables, de aquellos otros que se podrían cambiar al variar los hábitos, ambiente, y las costumbres de las personas, como: la obesidad, la sensibilidad al sodio, el consumo excesivo de alcohol, el uso de anticonceptivos orales y un estilo de vida muy sedentario.
- HERENCIA: cuando se transmite de padres a hijos se hereda una tendencia o predisposición a desarrollar cifras elevadas de tensión arterial, una persona tiene un progenitor (o ambos) hipertensos, las posibilidades de desarrollar hipertensión son el doble que las de otras personas con ambos padres sin problemas de hipertensión.
- SEXO: Los hombres tienen más predisposición a desarrollar hipertensión arterial que las mujeres hasta que éstas llegan a la edad de la menopausia, Sin embargo, en las mujeres más jóvenes existe un riesgo especial cuando toman píldoras anticonceptivas.
- EDAD Y RAZA: La edad es otro factor, por desgracia no modificable, que va a influir sobre las cifras de presión arterial, de manera que tanto la presión arterial sistólica o máxima como la diastólica o mínima aumentan con los años y lógicamente se encuentra un mayor número de hipertensos a medida que aumenta la edad. En cuanto a la raza, los individuos de raza negra tienen el doble de posibilidades de desarrollar hipertensión que los de raza blanca, además de tener un peor pronóstico.
- SOBREPESO: Los individuos con sobrepeso están más expuestos a tener más alta la presión arterial que un individuo con peso normal. A medida que se aumenta de peso se eleva la tensión arterial y esto es mucho más evidente en los menores de 40 años y en las mujeres.
DEFINICIÓN DE HIPERTENSIÓN ARTERIAL
La hipertensión arterial es el aumento de la presión arterial de forma crónica. Es una enfermedad que no da síntomas durante mucho tiempo y, si no se trata, puede desencadenar complicaciones severas como un infarto de miocardio, una hemorragia o trombosis cerebral, lo que se puede evitar si se controla adecuadamente. Las primeras consecuencias de la hipertensión las sufren las arterias, que se endurecen a medida que soportan la presión arterial alta de forma continua, se hacen más gruesas y puede verse dificultado al paso de sangre a su través. Esto se conoce con el nombre de arterosclerosis.
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